Los problemas de comunicación con los progenitores son muy frecuentes y es esencial tomar conciencia de esto, puesto que es ahora cuando el papel de los padres pasa, de ser el máximo referente en las vidas de sus pequeños, a una posición de acompañamiento, adoptando un segundo plano. Es como si nos convirtiéramos en espectadores de la vida de nuestros hijos. Ello no quiere decir que dejemos de guiarles, sino que ahora nuestro papel es el de "estar ahi".